Congreso de terapias asistidas con animales (TAA)
El pasado fin de semana dos de nuestras compañeras asistieron al congreso patronicinado por la fundación Affinity , aquí os dejo el resúmen que una de ellas nos ha hecho. Se que como resúmen es un poco largo pero me dice que incluso ha dejado de poner muchas cosas , lo que significa que fue muy interesante y que lo que se dijo valió la pena.
La Fundación Affinity volvió a reunir los pasados días 30 de septiembre y 1 de octubre a expertos internacionales en el campo de la psiquiatría, la gerontología, psicología y rehabilitación, así como veterinarios, etólogos y profesionales de la penitenciaría en el Palacio de Congresos de Barcelona, para difundir los últimos avances en Terapias Asistidas con Animales.
Esta es la única fundación en toda Europa que se dedica a este tipo de terapias, y se dice que más o menos fue en 1792 cuando empezaron a ser usadas por psiquiatras, pero fue sobretodo en los años 70 cuando el dr Boris Levinson, a través de sus experiencias en su consulta de psiquiatría, y junto con su perro Jingles, empieza a plantear las bases de lo que hoy se conoce como TAA.
Las TAA utilizan animales como catalizador en los tratamientos destinados a personas con dificultades especiales de maneras diferentes según la situación, unas veces bastará con el simple contacto con el animal y en otras se tratará que la persona se involucre en su educación.
El éxito reside en la capacidad innata que tenemos los humanos de sentir amor y atracción por los animales (biofilia).
Se está viendo que las TAA consiguen reducir el tratamiento con terapias químicas, pero además son muy útiles en casos de personas con problemas de audición, de visión, de autismo y de movilidad. Además pueden mejorar las cualidades motoras (desde mantener el equilibrio o lanzar una pelota a manejar una silla de ruedas o montar un caballo con seguridad). Se conocen muchos casos de depresión, toxicomanías, sociopatías, estrés, parálisis cerebral, síndrome de down, epilepsia, violencia familiar.. que han conseguido mejorar notablemente gracias a ellas. A parte de eso, y fuera de las TAA, por muchos es sabido y est
á demostrado que acariciar a un animal disminuye considerablemente la presión sanguínea, mejora la salud cardiovascular y facilita la relajación.
Actualmente las TAA ya han llegado a congresos de medicina y universidades, y muchos guías de práctica clínica las recomiendan como tratamiento, aunque sea sólo por el estímulo para hacer ejercicio y el poder disfrutar del aire libre. Gozamos de mucha información y experiencia, pero todavía es necesaria mucha más investigación científica.
Aún así, sigue sin existir una ley expresa respecto a las TAA ni una disciplina que se llame “Derecho Animal” en las facultades de derecho, y tampoco se usa en el lenguaje corriente de la legislación. Se sigue pensando que los animales son “cosas”, está costando demasiado que se erradiquen los espectáculos con animales (en este sentido Catalunya es la comunidad autónoma más avanzada), y no gozamos todavía de una ley general de protección animal. Pero sí podemos decir que se están llevando a cabo reformas en el código penal en el que la línea jurisprudencial está yendo cada vez más a favor de la protección de los animales, con normas a favor que se están creando a partir de las sentencias que dictan los jueces.
Los datos dicen que el 86% de los dueños trata a sus mascotas como personas, el 96% habla con ellos y les hace confidencias, el 69% busca el confort en su mascota cuando están deprimidos y el 80% de los humanos reconocen estar más divertidos desde que tienen una mascota. Es por esto que las organizaciones a favor de los derechos de los animales siguen pidiendo ayudas económicas y una mayor regulación.
Cómo una cosa tan sencilla para la mayoría puede ser una limitación tan grande para otros
http://www.derechoanimal.info
En la primera ponencia habló el sr. Philip Arkow, presidente de The Latham Foundation
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, y su explicación fue dirigida a las ventajas que los animales aportan en el mundo geriátrico.
“Un animal es una isla de cordura en lo que parece ser un universo enloquecido”.
En EEUU existen programas llamados “Servicios de Protección de Adultos”, dedicados a los problemas a los que se enfrentan las personas mayores teniendo en cuenta que el 95% de las personas que se jubilan viven en su casa y que muchas, al cabo de un año de haber acabado con su vida laboral mueren de infarto, y las mayoría de ellas no compartía su vida con ningún animal.
Por otro lado, muchos abuelos encerrados en geriátricos se sienten abandonados, traicionados, sin dignidad, sin intimidad, sin estímulos.. Pierden confianza al perder vista, oído.. se sienten como en una caja de zapatos. En cambio, las que sí convivían con algún animal o podían disfrutar en el centro geriátrico de su compañía, tenían una esperanza de vida mayor y una calidad de vida mejor, ya que éstos les proporcionaban un sentido de la realidad enorme (hay que sacarlos, darles de comer..), el hecho de tocarlos les gratificaba el sentido del tacto, sentían que sus miradas transmitían una frescura reconfortante, les hacían reír, les pedían juego..
Los animales consiguen que un geriátrico se convierta en un hogar, que las personas mayores se vuelvan a sentir necesarias, mantienen un vínculo muy estrecho con ellos ya que es el único que no se ha ido de casa, como sus hijos o sus nietos.. Un pequeño animal de compañía, incluso un pájaro en su jaula, se convierte a menudo en una excelente terapia para aquellas personas que deben estar encerradas muchos años en una habitación.
Los perros crean respuestas espontáneas en personas mayores que no respondían ante nada, como abrir los ojos, hablar (afasia), aumentan su participación en los grupos.. Cuando no existe la comunicación verbal es muy importante la comunicación no verbal, y los perros saben mucho de eso.
“Cuando llegan los perros corriendo es como esa escena del Mago de Oz en la que la imagen pasa de ser en blanco y negro a ser en color”.
Trabajar con perros en un centro geriátrico aumenta la sociabilidad entre pacientes, pero también entre trabajadores y familiares de los pacientes. Y es que las visitas aumentan en el centro cuando hay perros.
Además aumenta la autoestima de los ancianos, el sentimiento de volver a ser útiles, la confianza en sí mismos.
Entrevista a un centro que adiestra a este tipo de perros
En los pacientes con perros en el centro disminuye la severidad de los registros de los transtornos conductuales, concretamente en episodios de apatía e irritabilidad. (Richeson 2003)
La presencia del animal disminuye la inseguridad, la dependencia y la ansiedad. (Allen 2002, Odendaal 2000)
Es por todo esto y mucho más que el animal ha llegado a convertirse en un elemento de márketing para geriátricos.
“La mejor terapia es la que no parece terapia”.
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